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El hermoso propósito de estar vivos.

Actualizado: 9 may


"Nuestros hijos no vinieron al mundo únicamente a destacar, sino a vivir con plenitud. Ayudémoslos a descubrir que su valor no depende solo de lo que hacen, sino de quiénes son y cómo se sienten consigo mismos."
"Nuestros hijos no vinieron al mundo únicamente a destacar, sino a vivir con plenitud. Ayudémoslos a descubrir que su valor no depende solo de lo que hacen, sino de quiénes son y cómo se sienten consigo mismos."

Como padres, podemos reflexionar y acompañar a nuestros hijos en la construcción de una identidad basada no solo en el rendimiento, los logros o las expectativas externas, sino también en el autoconocimiento, el bienestar emocional y la conexión con lo que les hace sentirse vivos.


El propósito de vida NO siempre está ligado a una gran meta o talento específico, sino que se encuentra muchas veces en las experiencias cotidianas, en el disfrute del presente y en el ser, más que en el hacer.


¿Qué podemos hacer como padres ?


  1. Valorar el proceso más que el resultado: Reconozcamos el esfuerzo, la curiosidad y la autenticidad de nuestros hijos, no solo sus logros académicos o talentos visibles.


  2. Fomentar momentos de conexión emocional: Compartamos actividades simples pero significativas (una comida, una caminata, una charla antes de dormir), que les muestren que lo cotidiano también puede ser especial.


  3. No imponer sueños, sino acompañar búsquedas: Evitemos proyectar nuestras propias expectativas sobre su futuro. Escuchemos sus intereses, incluso si cambian, y démosles espacio para explorar.


  4. Permitir el aburrimiento y la pausa: En un mundo lleno de estímulos, enseñar a disfrutar del silencio, del descanso o de una tarde sin hacer nada también es formar emocionalmente.


  5. Modelar con el ejemplo: Si los hijos nos ven valorar lo pequeño, agradecer, y hablar de nuestras emociones sin miedo, aprenderán a hacer lo mismo.


Recordemos que la vida no necesita ser espectacular para ser significativa. Como padres, el mayor regalo que podemos dar es ayudar a nuestros hijos a encontrar sentido en lo simple, y a reconocerse valiosos tal como son.

 
 
 

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